En esta tercera entrega, abordaré el uso de la imaginación, como una técnica muy poderosa que podrás ejercitar y aprender para reducir tus niveles de estrés.
Antes de empezar te pediré que imagines la mitad de un limón frente a ti. ¿Te pasó lo mismo que a mí? Seguramente que sí. El simple hecho de imaginar dicho cítrico provocó en ti reacciones físicas como salivar. Ahora, imagina que está frente a ti, algún animal que te provoque desagrado, por ejemplo, una cucaracha o un ratón. Quizás a algunos de ustedes les causó alguna reacción exagerada y a otros no. Lo importante de estos pequeños ejercicios es mostrar la importancia de la construcción y evocación de imágenes. A raíz de todo esto, los expertos han construido diversas alternativas para coadyuvar en la solución de problemáticas, entre ellas el estrés. Y sobre ello, escribiré el día de hoy. Te invito a acompañarme en este apasionante camino.
La visualización como una herramienta.
Es cierto, hay algunas personas a las que les es más fácil visualizar que a otras. Para facilitar las cosas, puedes empezar poco a poco y utilizando el ejercicio de relajación que te compartí en la segunda entrega de este artículo. Y a partir de ahí realizar estos sencillos ejercicios:
a)Visualizando números. Cierra tus ojos y concéntrate en tu respiración durante un minuto. Ahora, dibuja mentalmente el número 1. Si te cuesta trabajo, respira un poco y nuevamente inténtalo, sin forzarte ni presionarte demasiado. Eso es, una vez que ya lo has logrado, visualiza el número 2, después el 3, el 4, el 5 y así sucesivamente. Date cuenta cúantos números puedes visualizar al mismo tiempo. ¿Qué pasa cuándo añades uno más? La duración del ejercicio calcúlalo en unos cinco minutos.
b) Ahora con figuras geométricas. Relájate y cierra tus ojos. Imagínate un gran pizarrón en blanco o la pantalla de un cine. Sobre ella dibujas una figura geométrica. Una vez que la observas con claridad, píntala de algún color. Una vez que lo has logrado, cambia la tonalidad. Te aseguro que te divertirás bastante, si tienes la disposición de hacerlo.
c) Prueba con objetos de la vida cotidiana. Unas tijeras, un lápiz, una pelota de goma, son ejemplos de modelos que puedes emplear para ejercitarte. Primero, observa con detenimiento y curiosidad el objeto que elegiste. Después cierra tus ojos e intenta recrearlo en tu imaginación con todos los detalles posibles. Abre tus ojos y descubre si lo que imaginaste corresponde a la realidad.
d) Vete de paseo. Con los ojos cerrados y relajado, imagina que caminas por un lugar tranquilo y conocido, a lo largo del paseo puedes ir descubriendo aquellos pequeños detalles que adornan el lugar. Puedes sentir como los cálidos rayos del sol contribuyen a esta atmósfera de tranquilidad. Puedes respirar y sentir el frescor de la naturaleza, así como el olor, la brisa, los sonidos, el viento...
Visualizar para romper barreras.
Karla siempre tuvo problemas a la hora de los exámenes. Mientras no los había, todo marchaba bien para ella. Pero en cuanto algún profesor anunciaba la fecha de alguna prueba, sus compañeros y ella sabían ya sus reacciones. Harta y cansada de esta situación se presentó a psicoterapia:
- En dos meses presentaré mi examen profesional y sé qué si no hago algo lo reprobaré.
Roger siempre fue un trabajador eficiente. Sin embargo, una serie de conflictos con su jefe lo hizo renunciar. Desde entonces, no se atrevía a postularse para un nuevo empleo:
- Siento que no puedo, cada vez que lo intento, me imagino fracasando.
Mariela sufre cuando va al dentista. Y de hecho tiene años que ya no va.
_ Sólo de escuchar el ruido de esa máquina, me pone de nervios de punta.
Aunque cada una de estas historias, tendrían que revisarse más a fondo y buscar una alternativa que variará según el enfoque del orientador o psicoterapeuta que los atienda, lo cierto es que a la mayoría nos ha pasado que tenemos que pasar con eventos estresantes que literalmente nos ponen los pelos de punta. La visualización es una alternativa para enfrentar previamente estas situaciones.
Piensa, por ejemplo, que tienes que exponer frente a tu grupo de clase y a ti no te gusta hacerlo. Por los motivos que sean. ¿Qué pasaría si te visualizaras haciendo frente a dicho problema?
De acuerdo con Miquel Casas entre las ventajas de esta estrategia destacan que nos arroja "información precisa sobre nuestra forma de encarar un suceso y nos permite repetir la escena cuantas veces queramos hasta estar satisfechos de la reacción que deseamos tener (...) nos permite segmentar el acontecimiento paso a paso, visualizándolo de forma fragmentada" ya que al tener una visión general nos estresamos más y "tendemos a resaltar lo negativo de ellas dado que contienen un mayor grado de ambigüedad".
Así que manos a la obra. Elige algo que tu sepas que te provoca estrés. Quizás, un examen, una exposición, dar una noticia desagradable, una entrevista de trabajo, etcétera. Previamente, practica algún método de relajación y posteriormente visualízate haciendo aquello que te genera estrés. Si notas que te cuesta trabajo, imagina a alguien más haciéndolo, puede ser algún conocido, maestro, persona famosa, etcétera, esto te dará bastante información de como hacerlo. Como siempre, tómatelo con calma y haz los ejercicios las veces que quieras. Igualmente puedes pedir ayuda a algún conocido. Y si puedes compartirme tu experiencia será algo maravilloso.
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