domingo, 6 de octubre de 2013

MEDITA Y VIVE

En anteriores entradas he escrito sobre la meditación, como una forma de prevenir el estrés. Ahora que ya conoces los beneficios, es el momento de iniciarte en esta práctica.

Y es que actualmente, hay infinidad de libros, audios y videos en la red que te ayudarán a iniciarte. O desde luego, si en la localidad dónde habitas hay un grupo de meditación, y coincides con su filosofía, puedes integrarte.
Magdalena, una enfermera, que sufría constantemente de estrés, decidió, recomendada por su mejor amiga, aprender a meditar. Aunque, al principio, no sabía cómo, tuvo la fortuna de encontrar a un grupo de meditación. Actualmente, en sus palabras, se siente mucho mejor que antes. Y cuando no puede asistir a la sesión grupal, lo hace en su hogar.

Los preparativos.
Así que,  si tú ya te animaste, adelante. Las cosas que hay que preparar ya las conoces: ubica un espacio en tu casa, tranquilo, preferentemente. Es fundamental que puedas elegir un horario adecuado para ti, y si te es posible, a la misma hora. Puedes probar a meditar por las mañanas, al despertar y por las noches, antes de dormir. Seguramente, esta práctica te ayudará a hacer de la meditación, un excelente hábito.
Cuando Ralph, un joven estudiante de contaduría, decidió probar la meditación se encontró con un gran obstáculo: su teléfono móvil sonaba constantemente. Y aunque estaba sumamente apegado a dicho objeto, decidió apagarlo y practicar. Y ahí descubrió que estar desconectado por un tiempo del celular no era el fin del mundo.
En efecto, es importante que tú apagues los teléfonos celulares o de casa para evitar distraerte o ser bruscamente interrumpido. Suele ser irritante. Y descubrirás que no pasa nada si te desconectas de la cotidianeidad. Y así como Ralph lo pudo hacer, tú también podrás.
Sobre las posturas a adoptar, ya conoces lo importante que es estar cómodo para que la incomodidad no sea un pretexto. Recuerda que si no eres un experto en posturas como loto, o no estás acostumbrado a estar sentado (a) en el suelo, o por alguna condición de salud te es imposible permanecer así, hazlo de una forma cómoda. Por ejemplo, una sentado en una silla. A continuación, te presento algunas posibilidades.
 
Una meditación enfocada en la respiración.  
Cierra tus ojos. Observa cómo es tu respiración. Date cuenta como entra el aire por tus fosas nasales y después, sale. Simplemente observa como entra y sale. No tienes que forzar o cambiar tu respiración. Seguramente aparecerán muchos pensamientos. No tienes que forzar o pelear con ellos. Solo obsérvalos como si fueran nubes, o pájaros o agua en un río que va pasando y se va, y regresa a darte cuenta de tu inhalar y exhalar. Eso es todo. Puedes empezar con cinco minutos e ir incrementando cada día un minuto más.
Y recuerda que es importante no forzarse y aceptar cada experiencia de aprendizaje.
 
Usando una catarsis.
Otra posibilidad para iniciarse en la meditación es iniciar con una catarsis. Osho en su mencionado libro, considera que es mejor partir desde el movimiento y la catarsis. Así que sugiere activarse mediante un baile frenético que ayude a desatar la locura.
"Una técnica de meditación que empieza con movimiento, con acción, también te ayuda en otros aspectos, se vuelve una catarsis. Cuando estás sentado, estás frustado:tu mente quiere moverse mientras que tu permaneces sentado."