jueves, 20 de marzo de 2014

PRACTICANDO LA RELAJACION MUSCULAR 2

A continuación, vamos con un ejercicio para piernas y brazo. El primero se hace recostado y el segundo en caso de estar sentado.

Volviendo la atención hacia las piernas las cuales se encuentran extendidas y estiradas sobre el suelo, te voy a pedir que apuntes tus pies hacia el rostro... manteniendo las rodillas sobre el suelo... ahora... mantén esta posición y nota las sensaciones alrededor de los músculos que están siendo estirados... y luego... relájate... al dejar ir los músculos de las piernas, siente como la tensión se va de ellos y se continúa marchando mas y más...

Desde una posición supina, es decir boca arriba, tus pies apuntan en dirección contraria a tu rostro. Y esta vez quiero que tus pies apunten hacia abajo. Como si los estuvieses usando para señalar algo. Hazlo suavemente - de esta manera evitarás calambres (en caso de ser propenso a ello)... ahora... mientras mantienes la tensión, observa las tensiones en tus pantorrillas y luego relájate... eso es... al dejar ir los músculos de las piernas, siente como la tensión se va de ellos y se va alejando a medida que las piernas y los pies se van relajando, mas y más...

Los dos ejercicios se repiten con una menor tensión. Los siguientes ejercicios se realizan en posición sentado. Para lo cual los talones se levantan del piso. Con los dedos de los pies sobre el suelo, levanta tus talones... ahora... siente la tensión en los músculos de las pantorrillas... mantén la acción... después... relájate y baja los talones sobre el piso...  nota el alivio y la comodidad... la temperatura... la agradable sensación de relajar los pies...permite que esas sensaciones continúen hasta que los pies y las pantorrillas estén completamente relajadas.

En el segundo ejercicio se levanta del suelo la parte frontal del pie. En esta ocasión, mantén los talones sobre el piso y alza la parte del frente de tus pies como si estuvieses a punto de marcar un ritmo... Ahora... mantén las puntas levantadas en el aire mientras sientes la tensión alrededor de los huesos de la espinilla... y relájate... deja que tus pies desciendan... descubre el alivio en la parte de la espinilla... nota como la sensación de tensión va desapareciendo... cómo se aleja a través de la punta de los pies... y continúa marchándose un poco más.

Ambos ejercicios se repiten con una tensión decreciente.

El siguiente ejercicio lo puedes hacer sentado o tendido. Deja que tu atención se concentre en las puntas de los pies... Tanto si te encuentras sentado o recostado, dobla los dedos de los pies hacia abajo, concentrando la acción solo a los dedos. Algunas personas lo pueden hacer con mayor facilidad que otras, haz lo que te sea posible... Ahora... Siente la tensión en la planta del pie y en la pantorrilla de la pierna... Relájate... Déjate ir... Siente como los músculos se aflojan, mientras la tensión va desapareciendo... Observa las sensaciones de tus músculos al estar relajados. El ejercicio se repite con un menor nivel de tensión.

Ahora dedica un minuto a respirar. Dirige tu atención hacia tu respiración... nota su ritmo... pon una mano sobre la parte superior del abdomen y siente como aumenta y disminuye el área de tu estómago... y simplemente observa este subir y bajar, tu respiración camina por sí misma.

Después se realiza un ejercicio similar en que las puntas de los pies se curvan hacia arriba. Aquí, la tensión se nota en la parte superior del pie y la espinilla.

Concentrate ahora en la musculatura abdominal. Aprieta el área abdominal, tensa tus músculos hacia adentro... ahora... siente la tensión debajo de las costillas sobre los órganos y alrededor del dorso de la pelvis ... luego... déjate ir... permite que los músculos se extiendan... nota una profunda sensación de relajación... y deja que sea aún más profunda al transcurrir los segundos... Se lleva una repetición con un menor grado de tensión.

Continuará....      

        
    



 

ESTRÉS LABORAL: MAYOR AUMENTA DE GRASAS EN LA SANGRE

Encontré esta nota de la agencia española SYNC donde menciona los resultados de un estudio.

Desde hace años, los expertos sostienen que el estrés emocional se asocia con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares debido, entre otros factores, a hábitos poco saludables, como fumar, comer de forma inadecuada o llevar una vida sedentaria.

El estrés emocional se asocia con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares debido, entre otros factores, a hábitos poco saludables
 
Ahora, un estudio realizado por la Sociedad de Prevención de Ibermutuamur, en colaboración con expertos del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y la Universidad de Santiago de Compostela, analiza la asociación entre el estrés laboral y diferentes parámetros relacionados con el metabolismo de los ácidos grasos en el organismo.

El trabajo, recientemente publicado en el Scandinavian Journal of Public Health, se llevó a cabo en una muestra de más de 90.000 empleados que acudieron a realizarse un reconocimiento médico.
“Los trabajadores que declararon haber experimentado dificultades para hacer frente a su trabajo durante los últimos doce meses (un 8,7 % de la muestra) contaron con un mayor riesgo de padecer dislipidemia”, señala a SINC Carlos Catalina, psicólogo clínico experto en estrés laboral.
Las dislipidemias o dislipemias son trastornos del metabolismo de las lipoproteínas, que pueden manifestarse por una elevación del colesterol total, de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y de las concentraciones de triglicéridos, así como por una disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL).

Cambios en el perfil lipídico
Concretamente, en el estudio realizado los trabajadores con estrés laboral presentaron mayor probabilidad de sufrir niveles anormalmente altos de colesterol LDL (el llamado colesterol ‘malo’), niveles excesivamente bajos de colesterol HDL (colesterol ‘bueno’) e índices de aterogenicidad positivos, es decir, un potencial de obstrucción de las arterias.

“Uno de los mecanismos que podrían explicar la relación entre el estrés y el riesgo cardiovascular podrían ser los cambios en nuestro perfil lipídico, lo que supondría una mayor acumulación de placa ateroma (depósito de lípidos) en nuestras arterias”, concluye Catalina.

Referencia bibliográfica:
C. Catalina-Romero, E. Calvo, M. A. Sánchez-Chaparro, P. Valdivielso, J. C. Sainz, M. Cabrera, A. González-Quintela & J. Román en nombre del grupo de estudio ICARIA (Evaluación del Riesgo Cardiovascular Ibermutuamur). “The relationship between job stress and dyslipidemia”. Scandinavian Journal of Public Health, 2013; 41: 142–149