Marcus es un joven atleta con una carrera prominente en el deporte del atletismo. Una tarde calurosa de abril, reencontrándose con unos viejos compañeros de la secundaria aceptó ir a pasarla bien. Lo que empezó con unas cuantas copas, se convirtió en una larga jornada. Al dia siguiente, en una competencia preclasificatoria estatal Marcus no calificó.
Y aunque esta no es una entrada para escribir sobre el alcohol y el deporte, si abordaré un tema similar: el estilo de vida antiestrés. Según Miquel Casas son "aquellas conductas que facilitan una correcta y más adecuada respuesta personal. Sin olvidar que, a la hora de la verdad, ante una situación concreta, serán las estrategias de afrontamiento utilizadas las que nos proporcionarán la solución".
Por tanto, si tú estás sufriendo de estrés, te recomiendo leas con mucha atención este articulo, ya que te brindará información sobre qué hacer y qué hábitos dejar y cuales practicar. Desde luego, al final, la decisión es tuya.
El alcohol, el tabaco y la cafeína como recursos para afrontar el estrés.
Tal vez tú al leer este encabezado, saltes. Oh no, ya te vas a meter con uno de mis máximos placeres, quizás pienses. El problema surge cuando tu utilizas alguno de ellos como única solución. Veamos algunos ejemplos.
Leticia, una trabajadora social de una institución pública, tenía una carga de trabajo demandante. A veces, su jefe la llamaba a altas horas de la noche, para atender un caso de emergencia. Para poder sobrellevar un estilo de vida así recurría principalmente a los refrescos de cola, además de tener una alimentación deficiente, basada en comida rápida. Esto, a la larga, derivó en problemas de salud y emocionales. Algunos de los usuarios se quejaban del mal trato que les daba.
Noe, un joven timido, se sentía presionado ante sus conocidos y familias por no tener novia. Una noche, durante una reunión en que ingirió cervezas y cubas, descubrió que por primera vez, se sentía empoderado. Sacó la conclusión de que ingerir alcohol era la solución para enfrentar sus miedos. Desde entonces, cada vez que se sentía presionado en la escuela y en el trabajo, tomaba unas cuantas copas. Las cuales, poco a poco, fueron aumentando.
Doña Matilda, una ama de casa, tenia que lidiar con el maltrato que le daba su esposo y sus hijas adolescentes. De más joven, había fumado. Tras una amarga discusión con su marido, encontró una cajetilla de cigarrillos en el cuarto de sus hijas. El efecto fue relajante y un redescubrimiento para Matilda. Y poco a poco, ella se fue haciendo más afecta a la nicotina. Pronto, superaba a sus hijas.
Ángel, un aspirante a post doctorado en Comunicación, siempre tuvo problemas con su peso. Eso no influyó para desarrollar una brillante carrera como investigador. Sin embargo, al iniciar su proceso de tesis, se encontraba sumamente presionado. Había problemas familiares y para colmo, su salud estaba deteriorada. Como una solución para escribir su tesis pos doctoral, proyecto eque no parecía arrancar, se premiaba con altas dosis de comida.
En todos los ejemplos anteriores, puedes observar que se hizo de algunos recursos, que en sí, no se pueden calificar de malos. El problema fue que se convirtieron en la única salida y solución y a la larga se convirtieron ellos mismos en una fuente más, de estrés.
¿Adictos?
Noé, el joven tímido quizá sepa o no que el alcohol que ingiere disminuye la actividad de su sistema nervioso central pero también estimula su desinbición. En su caso, le ha funcionado; sin embargo cada vez, para él es necesario aumentar la dosis de alcohol. Noé sigue dependiendo de esta sustancia para poder relacionarse sin sentirse apenado.
Doña Matilda, la fumadora empedernida, ignora que, en palabras de Miquel Casas, la nicotina "afecta al sistema nervioso central aumentando los niveles de beta-endorfinas. Esta sustancia ha sido comparada, en cuanto a su actividad, a la morfina, de ahí la alta dependencia física y psicológica que produce. Las beta-endorfinas aumentan la tolerancia al dolor, reducen la agresión, incrementan el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, y producen sensaciones de placer y bienestar."
Ahora, una de sus hijas, le advierte constantemente de los riesgos de salud que conlleva el fumar. Le habla del riesgo de cáncer y de padecer alguna afección cardiaca. Y aunque ella a veces le promete dejar de hacerlo, lo cierto es que vuelve a caer, una y otra vez.
Y qué decir de los otros casos de adicciones, al refresco y a la comida, en todos ellos rige el común denominador de que se ha vuelto el único recurso en temporadas de estrés y tensión. Ahora todos ellos enfrentan un doble reto: por una parte, manejar su estrés y por la otra superar su adicción.
Fortalece un estilo de vida saludable
Como ya he escrito en otras entradas, hay una serie de prácticas y hábitos que te ayudarán a tener una mejor resistencia en esos tiempos de estrés intenso. Entre ellas, destaca el ejercicio físico y seguramente tú conoces sus beneficios adicionales: menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, menos alteraciones en el sueño y desde luego, menos estrés. Claro, me podrías decir ¿y los vigorexicos? ejem, ese es otra tema, a lo que yo me refiero es practicar ejercicio de una forma moderada, que vaya de acuerdo a tus capacidades físicas y que sea de tu agrado. Puedes andar en bicicleta en un parque ó tomar una clase de spinning ó bailar algún género que te apasione. Y si de plano, ninguna de las anteriores u otras te convence, qué te parece salir a caminar. Hazlo al menos tres veces a la semana, unos treinta minutos, ¿qué te parece? creo que no es mucho y en cambio será bastantes los beneficios, anímate.
Y si no te sientes lo suficientemente animado te sugiere que invites a familiares, amigos o compañeros de trabajo o escuela a compartir el ejercicio. Esto sin duda te motivará. Eso sí evita personas que sólo vayan a hablar y hablar porque entonces no lograrás tu objetivo.
Y cuando venga el estrés a querer joderte, se encontrará con un organismo más resistente.
Otra práctica importante, es el arte de dormir bien. ¿Acaso no has disfrutado de un delicioso sueño? Y cuando ocurre lo contrario, es decir cuando sufres de insomnio, en muchas ocasiones, al día siguiente, te sientes agotado y sin energía. Por tanto, si duermes bien, felicidades y si no, empieza a buscar soluciones, en el futuro dedicaré una entrada a este importante tema. Y recuerda que puedes practicar las técnicas de relajación de Jacobson. Te aseguro que harán la diferencia en tu vida.