De la meditación se han escrito y dicho muchas cosas. Actualmente existe una gran cantidad de información en libros y gracias al universo cibernético en páginas, videos y blogs. Eso es una gran ventaja que otras generaciones no tuvieron. Aunque también se podría objetar que ante tal saturación de datos, resulta a lo sumo difícil, poder diferenciar lo valioso de la paja. Sin embargo, teniendo una actitud de apertura y a la vez usando la intuición podremos seleccionar aquélla información que no es de gran beneficio.
De acuerdo con el libro Remedios, curaciones y tratamientos naturales la meditación ha sido "una práctica fundamental en muchas religiones orientales". A Occidente, se difunde a través de la generación de la década de 1960.
De acuerdo con el doctor en psicología clínica, Roberto Arias Navarro las diversas formas de meditación que existen, "tienen algo en común: enfocan la atención al momento presente. Algunas de ellas fijan la atención en el proceso de respiración y piden a las personas que se concentren de nuevo en dicho progreso en cuanto ocurre cualquier fantasía, ruido o idea que distrae. Esa habilidad para concentrarse, fruto de la meditación, se traslada a las situaciones de la vida diaria."
Una de las ventajas del meditador es que podrá observar la realidad externa serenamente, dejando atrás los juicios negativos que habitualmente construye.
Arias Navarro agrega que las diversas técnicas de meditación "separa esas prácticas de las actividades comunes y corrientes. Para meditar, la persona se sienta sola, o acompañada de un pequeño grupo, en un cuarto especial" y añade que es adecuado "minimizar los estímulos externos, para evitar que la atención consciente se aleje del objetivo de la meditación."
Osho en el libro Meditación: la primera y última libertad sugiere encontrar un espacio que ayude a la meditación, por ejemplo, sentarse bajo un árbol.
Existen diversas posturas para realizar las prácticas, desde las tradicionales, por ejemplo, sentado en un tapete en el suelo, en postura de flor de loto, con la espalda recta y las manos sobre el regazo.
En cambio Osho menciona que la postura debe ser una que "te permita olvidarte de tu cuerpo", ya que si te encuentras incómodo únicamente te centraras en dicho estado.