jueves, 17 de octubre de 2013

LA RELAJACIÓN, TÉCNICAS PARA APRENDER PARTE 2

En esta segunda parte de la entrada sobre técnicas de relajación, te presentaré más técnicas que puedes aplicar para tu bienestar. Desde luego, la clave aquí es la constancia.

Cuando Érika, una mujer de treinta años, después de un periodo de estrés fuerte, decidió buscar apoyo psicoterapéutico, aprendió varias técnicas para manejar su tensión.

 Ella aprendió que por medio de la autosugestión es relajarse. Y aunque al principio le costaba trabajo, con el tiempo fue mejorando.

He aquí uno de los ejercicios que ella practica:

Siéntate en un posición cómoda, con los ojos cerrados, vamos a comenzar esta relajación. Simplemente, te voy a pedir que te des cuenta de tu respiración, de cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales... muy bien... (10 segundos)  Ahora, empieza a tomar conciencia de tu cuerpo sentado sobre este asiento (sofá, silla o según sea el caso). Fíjate en tu cabeza, tu espalda, tus piernas, en cómo descansan sobre el asiento... Observa tu respiración, a medida que tomas aire, tu abdomen se eleva y cuando  lo sueltas, tu abdomen baja suavemente con un ritmo lento y acompasado.

Ahora, pon tu atención en tu mano y brazo derechos y fíjate cómo los sientes cada vez más pesados... Tu mano derecha es pesada y cálida... Siente tu mano y brazo derechos más pesados... siente como una oleada cálida invade tu mano y tu brazo derecho... Ahora los observas claramente bajo el sol, mientras los rayos descienden y los tocan... los calienta suavemente. Imagina que estás tumbado sobre la arena caliente, siente su tacto relajante. Siente tu mano y brazos cálidos y pesados. Respira profunda y lentamente. A cada exhalación siente tus manos más pesada y caliente.  

Repite los mismos pasos para tu mano y brazos izquierdos. Pon atención en cada uno de ellos, tal y como hemos descrito en el párrafo anterior.

En este momento, te voy a pedir que prestes atención a tus brazos y manos... tus brazos están cálidos y pesados... tus pies y piernas están cálidos y pesados... Tu abdomen está cálido mientras tu respiración es lenta y regular... Tu corazón late relajadamente... Tu mente está tranquila y en paz... Toda la tensión de tu cuerpo se va disipando a lo largo de cada y suave respiración. ..

Gradualmente vas a ir regresando a la habitación donde te encuentras, manteniendo los ojos cerrados. Poco a poco empiezas a tomar conciencia de los sonidos que te rodean, dentro y fuera de esta sala. Vas, poco a poco, sintiendo todo tu cuerpo sobre el sillón o silla en que te encuentras sentada o sentado. Y ahora, muy lentamente, puedes abrir tus ojos.

Una opción para realizar estos ejercicios es grabarlos en algún dispositivo que tengas para tenerlos a tu alcance, cada vez que los necesites. También puedes adquirir algún audio, ya sea comprado o de libre descarga por internet.

Y aprovecho este espacio para recordarte que si requieres de atención y asesoría psicológica a través de internet, ya sea por la distancia o porque así lo deseas, puedes probar este servicio que te ofrecemos. Ya sea por skype, chat de Facebook, mail, puedes ahora contactarme.