En este artículo escribiré acerca de los estresores, todos aquellas cosas que aumentan nuestra tensión. ¿Y tú ya identificaste cuáles son los tuyos?
Esa mañana de agosto, Carla despertó y se preparó para ir al trabajo. Alonso, su marido, le pidió que llevara a sus hijos a la escuela, ya que él no podría por una emergencia de trabajo.
-Yo no tenía planeado esto, ¿por qué no me avisaste antes?
-Lo siento. Me tengo que ir.
Carla apenas y desayunó. Arregló a sus hijos como pudo. Para variar, el tráfico debido a un accidente entorpeció la circulación, mientras los niños jugaban y gritaban.
¿Quieren conocer el fin de esta historia?
Seguramente tú al igual que todos hemos pasado en algún momento, en los distintos ámbitos de la vida, por una situación simular.
A veces, se acumulan una serie de situaciones que nos complican la existencia. A éstos estresores se les conoce como cotidianos.
Una tarde lluviosa, Andrés, un obrero de maquiladora en la zona fronteriza, recibió una noticia que lo estremeció de pies a cabeza: había sido liquidado tras quince años de trabajo, sin previo aviso. Días antes, Kevin, un amigo suyo, inició un proceso de divorcio.
Los anteriores, son ejemplos de eventos vitales estresantes, ya que implican el inicio de un camino de cambios, de esfuerzos extraordinarios para adaptarse. La muerte de un ser querido significativo, un problema legal, una enfermedad que requiere guardar cama, también entran en esta clasificación de situaciones.
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