Un 40 por ciento, apuntó, se “adapta al ritmo de trabajo con el paso de un día. Un porcentaje mínimo requiere más tiempo y necesita tratamiento especial”.
Lo que no hay hacer dijo Alvear, es “no pc, celular, mails ni reloj, vivir el momento, hacer todo lo que comúnmente no puede hacer durante el año y darse un espacio para reordenarse mentalmente a nivel personal y familiar, restableciendo prioridades”, señaló.
Además, dijo que “en las vacaciones los hábitos normales suelen ser alterados. Hay más tiempo para compartir con la familia y amigos, para divertirse y para hacer cosas como salir de viaje, conocer lugares nuevos e ir de fiesta cualquier día de la semana”. Explicó que “pensar en volver a la rutina implica un sobreesfuerzo físico, intelectual y/o una tensión emocional para la mayoría de las personas”.
En todo caso la empresa internacional de Recursos Humanos recomendó que antes de salir de vacaciones “dejar el trabajo realizado y adelantar todo lo que se pueda, y armar un listado de eventuales contingencias”.
De todas formas, Randstad Chile , se consuela porque el estrés postvacacional es una enfermedad que afecta a la sociedad en general y en todos los países. Un estudio de Randstad estableció que el 40 por ciento de los empleados de entre 16 y 24 años sufre depresión postvacacional, seguidos de los trabajadores con una franja de edad comprendida entre los 25 y 29 años (41) y los de 45 y 65 (47 por ciento). Es decir, el estudio explicó que a mayor edad más cuesta volver a la rutina.
En cuanto a géneros, algo más del 60 por ciento de los hombres encuestados reconoce no sufrir depresión postvacacional, mientras que entre las mujeres este porcentaje se reduce a poco más del 48 por ciento lo que también es válido para Chile.
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